03 mayo 2014

"El día de la madre" (2014)

Nuestro ya habitual equipo de Vision Factory Entertainment Studios (antes FAT Entertainment) estrena mañana un nuevo minisodio de Doctor Who, el segundo de la temporada de 6 que han planeado, aunque el preestreno de lujo fue hace una semana en la Galacticat de Tàrrega.


Permitidme un aparte: esa frase mola por todas partes. Habitual. Equipo. Preestreno, estreno. Nuevo. Doctor Who. 6 capítulos. A veces perdemos la perspectiva: for fans, by fans, made in Spain, pero empezáis a ser tan necesarios en nuestras pantallas como las dosis semestrales de new BBC Who. Empezamos a daros por sentado. Sois grandes. ¡Grandes!

Gracias al mecenazgo que cada vez se va a hacer con más gusto, hemos podido ya ver El Día de la Madre (el enlace al minisodio, aquí, a partir de mañana). Por el título podríais pensar: ¿continuación de algún modo de El Día del Padre del Noveno y Rose? Sí y no. La referencia está ahí, e incluso de alguna forma el guión de Sergi Páez también, pero no del todo. Y además aquí tenemos a un Undécimo (Carles Quero) y una Clara Oswald (María Cegarra) a medio camino entre The Day of the Doctor y The Time of the Doctor, que llegan tras unos piratas espaciales que se han llevado algo de un planeta-banco (de lo que podéis tener rendida cuenta en el cuento-precuela Barbilla y Soufflé, disponible en exclusiva en la página PAPEL PSÍQUICO).




Estos minisodios van in crescendo en todos los sentidos, en atrevimiento y en escala emocional y en "meterle mano" a la continuidad, desde el respeto y el valor: El día de la madre se atreve a darle una razón de ser, por ejemplo, a The Time of the Doctor y a utilizar datos de The Bells of St. John o The Rings of Akhaten para sus propios fines. De manera perfectamente natural, como si nada. El minisodio mezcla el tipo de emotividad de Russell T. Davies con el tratamiento de los personajes de la era Moffat. Pero al mismo tiempo utiliza un tipo de decorados, personajes e incluso efectos que no irían desacordes con el Doctor Who de mediados de los 70 y principios de los 80, el de Tom Baker y Peter Davison. Además, la sensación de que se está haciendo algo más que fanservice de calidad aumenta: esto son fanfics audiovisuales, con lo que comportan de temáticas y "teclas" sentimentales, pero al mismo tiempo son algo más. Esencialmente son algo más. Y ese "algo más" que estaba oculto en Esas horas de la noche empieza a hacerse un poco más evidente en El día de la madre. Feels? Sí. Just feels? Oh, no...


Lo mejor: Carles Quero, que se sale como Undécimo. Podría empapelar una entrada entera de blog con esa afirmación y me quedaría tan ancho. Incluso aunque la velocidad de entrega de su diálogo no sea la de Matt Smith (pero es que Matt Smith es Matt Smith), la intensidad y la exploración emocional que hace sí que tiene la misma honestidad del original. De verdad: hay momentos de El Día de la Madre que me olvidé que estaba viendo a Carles y no a Matt.

La sorpresa: María Cegarra, de quien en El Mundo Imperfecto solo tuvimos breves vistazos como una (eso sí) convincente Clara. Es emotiva, tierna, amiga y con sus conflictos internos cuando toca. Ole. Quizás sólo le falta una punta del descaro de Jenna, pero la situación post-Day of the Doctor del personaje y el guión concreto del minisodio quizás no se prestaban a explayarse mucho en ese sentido.

Aparte II: El mejor momento para mi hijo mayor (8) fue precisamente la frase de Clara sobre la papelera de reciclaje.

Lo peor: tener una tripulación tan bien construída como la del "M4kra" y que básicamente no hagan nada, no reaccionen, no intenten realmente intervenir (excepto el científico, detrás). Una vez han tomado sus posiciones defensivas iniciales... es como si fueran otra parte del mobiliario. Incluso a Tom Baker intentaban interrumpirle durante sus digresiones (con humillantes consecuencias para el osado), aunque no fuera de palabra sino con acciones. Incluso teniendo en cuenta que la banda de piratillas es sólo una excusa para el tema real de la historia, sabe mal haber dedicado tanto tiempo y esfuerzo como el que es evidente que se ha tomado en ellos, en construirlos y definirlos, para que no llegue a verse más que un 1% de ello en pantalla.
 
El aplauso: el atreverse con el chroma y con el decorado y los props y el vestuario y maquillaje de los piratillas, aunque sean la excusa, y sacarle provecho a todo ello con unas cuantas tomas bien vistas. El vestuario de Matt... Carles Quero, de quitarse el sombrero. El dejarnos con ganas de más (estuve pensando "cuadros" pero ahora creo más en "time eddy").

Entramos en modo Audrey II: FEED ME!

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