11 abril 2012

Viejo amigo (II)

 
   - Son curiosos los recuerdos, ¿verdad?
   Le había visto antes. Llevaba todo el día intentando recordar dónde o cuándo, pero Kory creía haber visto antes a este hombre, a éste "Doctor". Estaba bastante segura de no haberlo conocido en persona, pero ¿quizás en algún artículo de prensa, o en la televisión? Claramente era un experto de algún tipo en emergencias, puede que miembro del MI5, o de alguna organización  incluso más secreta... Cada vez que intentaba precisar el recuerdo, éste se desvanecía.
   El Doctor dejó de mirar distraídamente por la ventanilla y clavó sus ojos en ella:
   - Muy curiosos. Una nube eléctrica moldeable y fácilmente subvertible a la que confíamos toda nuestra existencia. Aunque yo nunca me alejo demasiado del instinto; más aburrido, pero útil, a la larga.
   - Yo te he visto antes, ¿verdad?
   - Voy y vengo -dijo sin darle demasiada importancia. Pero una parte más de la atención de aquel Doctor se había apuntalado claramente detrás de su mirada: esto le interesaba. Kory notó también una fracción de orgullo cuando preguntó-. Suelen olvidarme, pero puede que alguna vez se haya escapado alguna foto.
   - ¡Lo sabía!
   - Pero hace mucho. Olvidáis muy rápido, los humanos.
   "Los humanos". Cierto, el Doctor le había dicho que aunque lo parecía él no lo era; le había dejado escuchar sus dos corazones para demostrárselo. ¡Dos corazones!

   Una voz anunció que no habría paradas en las siguientes tres estaciones.
   - Nos bajamos aquí -susurró el Doctor al oído de Kory cuando se levantó de su asiento.
   - Ha dicho que no para hasta Clovington -respondió ella.
   - Nos bajamos aquí -repitió él yendo hacia el siguiente vagón. Kory le siguió: vio que volvía a sacar, discretamente, su aparato chillón, aquel "destornillador sónico", y  lo aplicaba por un momento sobre la puerta de un compartimento reservado a la tripulación. Aquello era poco más que un armario sobredimensionado.
   - ¿Vamos a bajarnos en marcha?
   - No exactamente. ¿Recuerdas lo que te he dicho sobre los recuerdos? -mientras hablaba, iba manipulando diminutos controles en el mango de su destornillador-. La materia es tan subvertible como la memoria; o casi. ¡Entre los átomos es todo hueco! Sólo hay que encontrar el punto ideal... hacerlo vibrar en la longitud de onda correcta... y por supuesto desviar el exceso de velocidad relativa hacia el suelo, probablemente en forma de calor, sí.
   - ¿Cómo?
   El Doctor se abrazó a ella, activó su destornillador y una nube de papeles llenó el compartimento. Pero ellos ya no estaban allí.
   - El... el tren ha...
   - Nos ha atravesado, sí. ¿Estás bien? Sí, estás bien. Así que no hay nada por lo que preocuparse.
   - Pero, ¿cómo...?
   - Nos he anclado a una microgrieta, ni siquiera es un agujero, es más como un surco en el continuo espaciotemporal, pero alejado una pequeña fracción de la densidad material que nos rodeaba.
   - ¿Por qué?
   - Ya te lo dije.
   - No, no me lo has dicho.
   - Oh. Bueno, es que no suelo dar explicaciones. Tengo que ver a un viejo amigo, y necesito un transporte.
   Kory miró a su alrededor:
   - ¿Aquí? ¿En el túnel?
   - ¡No escuchas, niña! -el Doctor se había enfadado. Intentó que se le pasara rápido-. El surco: tengo que forzarlo, romperlo, rasgarlo. Hay algo en otro lugar distinto, en otra... realidad, que está conectada con lo que ocurrió anoche. Puedo ver lo que podría pasar y lo que no debería pasar, además de lo que pasa. En otras circunstancias esta línea de tren se clausura, y dentro de 6 meses esto se convierte en un almacén en el que guardan... mi transporte. Pero el momento vinculante pierde fuerza con cada hora que pasa, y estamos a punto de "perder el tren", por así decirlo. Así que -volvió a activar el destornillador-, abramos la puerta.

   Ésta vez el chirrido se fue haciendo más y más estridente, tremendamente penetrante, hasta que Kory tuvo que taparse los oídos. Pero incluso así seguía oyendo aquel sonido que se iba convirtiendo en un taladro. Kory cayó de rodillas mientras le empezaban a sangrar los oídos. El Doctor apretaba los dientes: soportaba mejora aquello, pero parecía que también le dolía.
   - ¡Doctor!
   - ¡Ya... viene!
   Y en efecto: el aire oscuro del túnel comenzó a rielar, a moverse con un brillo oscilante que fue tomando forma y cuerpo, y de repente, algo había aparecido de la nada. El Doctor apagó el destornillador.
   - Es una...
   - ...cabina telefónica de la policía británica. Hace tiempo que no se ven de estas por aquí, ¿eh? -entonces añadió con una sonrisa encantadora y feroz-. Y espera a ver el interior...

(CONTINUARÁ)

3 comentarios:

Ronin, Er Padawan dijo...

Kory está dando sus primeros pasos hacia un mundo sin límites y la Fuerza le acomp.... Espera esa frase es de otra peli, pero es igual el relato me está encantando.

KalEl el Vigilante dijo...

A ver hasta donde nos lleva :)

Adanamarth dijo...

Me gusta el texto. Seguiré la historia con mucho interés.