09 enero 2008

Supernova #7

Supernova #7
"Malleus Maleficarum/7. EMP"

PRÓLOGO
Tras buscar sin éxito a El Martell, Máscara y Ariadna tratan de ordenar el tráfico atascado en una de las salidas de Barcelona: la gente que quiere escapar de las amenazas del terrorista. Cuando el resto de Supernova debe huir de las sirenas policiales, Starblaze es interceptada por un misterioso hombre de lava llamado Magma.

I PARTE: Flashback
Magma dice ser el líder del escuadrón de defensa terrestre Z'bp... un equipo que según él, incluye a Pedra Roja, el Sujeto A, a quien no encuentra (ver Supernova #6); Starblaze, la Sujeto B; un Sujeto C cuyo nombre esquiva, y él mismo, el Sujeto D. Aunque Ariadna confirma que los Z'bp existen (ver TPB Patrulla Barna/SG-1: Beyond the moon) y son unos extraterrestres creadores de maravillas y terrores biogenéticos, la chica ígnea no cree al principio las insólitas palabras de Magma, ni siquiera cuando éste le dice que sabe cómo recibió sus poderes ("siempre los he tenido", insiste ella) pero comienza a tener flashbacks en los que unos elásticos seres-vaina realizan experimentos con ella y otras personas en una gruta. En su esfuerzo por convencerla, Magma le revela el auténtico nombre de ella, y al oirlo la abruman los recuerdos reprimidos:

Recuerda cómo, con 13 años, cayó junto a un niño de otro colegio en un cráter durante una excursión por la región volcánica de La Garrotxa; cómo tanto ella como Marcos Pedragosa (...sí... así se llamaba el chico... pero... había alguien más...) sufrieron los experimentos de los parsimoniosos alienígenas; cómo Marcos comenzó a sudar lava roja; cómo ella se volvió muy rápida... pero todo el cuerpo le ardía, le dolía terriblemente... Luego le parecía flotar y aquellos horribles, malvados extraterrestres la estaban cuidando, aquellos monstruos la cuidaban, y el dolor había desaparecido. Explosión. Ruido, humo, fuego y... ¿frío? De pronto tenía mucho frío y un hombre de hielo la recogía del suelo y la cargaba al hombro, y también a Marcos, que estaba inconsciente, asomando de un reventado tubo de cristal que derramaba por el suelo un denso fluido verde. La dejaba fuera, en el suelo... ¡en el exterior! La miraba con los dos glaciares que tenía por ojos, y al desaparecer la máscara de hielo que cubría su cara, era el mismo rostro de Marcos el que la miraba... Grita en su recuerdo, la envuelven la llamas, y de nuevo en el presente sigue gritando. Magma la sujetaba firme pero gentilmente para que en su vuelo ausente no causara ni sufriera daño. Absorbida la lava en su cuerpo, su piel era negra y dura como la obsidiana, cuarteada aquí y allá por grietas iluminadas por su fuego interior. Starblaze busca una pista en aquellos ojos tan cercanos, pero no despiertan nuevos ecos, ni las facciones épicas activan su maltrecha memoria. Ni siquiera dentro de los recuerdos que acaba de recuperar sabe quién es Magma.

II PARTE: Contrareloj
Los héroes se concentran en la base de Supernova. Aunque Starblaze parece ansiosa por descubrir más información acerca de su vida perdida (máxime cuando, sabiendo su verdadero nombre, encuentra referencias en viejos diarios regionales en los que se habla de su desaparición 8 años atrás), Máscara tiene la sensación de que han pasado algo por alto en Collserola y con sólo media hora en sus manos sugiere volver, esta vez con el Detective Chimpancé (que accede a prestarles sus servicios previo pago por adelantado). Los superhéroes peinan toda la cima de la montaña: el parque de atracciones, la iglesia del Tibidabo... "Hay demasiada distancia hasta la Torre", dice el simio investigador. "Para que un explosivo llegara hasta allí debería tratarse de una bomba atómica. Si no el estallido, el EMP acabaría con las comunicaciones". Ulises XXI recuerda que es imposible que se trate de un artefacto nuclear porque el detector de Bombolla lo hubiera encontrado (ver Supernova #4, Acto II), y Máscara informa que aunque sería posible generar un Pulso Electromagnético sin una detonación atómica, el efecto "pinza" apenas duraría unos segundos. Sea como sea, Starblaze encuentra, dentro de la torre más alta de la basílica, un enorme aparato electrónico con la marca de S.T.A.R. Labs que, nadie duda, es un Generador de Pulso Electromagnético. Quedan 15 minutos.

III PARTE: Pulso
- ¿Cómo demonios han metido eso ahí sin que nadie se dé cuenta? -la pregunta se lo hacen todos los superhéroes. O bien El Martell (o más bien Sagrado, identificado por Magma como el individuo de casco puntiagudo que se enfrentó a El Martell en plena ciudad en el número anterior) cuenta con tecnología de teleportación (lo que parece a todas luces demasiado alejado de su capacidad, o bien ha conseguido burlar de algún modo la atención y vigilancia de la torre durante un cierto tiempo. Ahora se explican todos lo que el profesor Vilanova trataba de contar a El Roc media hora antes y que en su prisa por “salvar la ciudad” no quisieron escuchar: que alguien había robado de S.T.A.R. Labs el generador de EMP.

Barret Blanc detecta sensores de movimiento repartidos por las estrechas ventanas de la torre y en las escaleras que llevan hasta el aparato e impide a tiempo a Magma que se deslice por la pequeña abertura hasta el interior: cualquier movimiento en falso activaría el EMP antes de tiempo. Pero cuando Oliver se decide a buscar el modo de desactivar el sistema de seguridad, sus poderes vuelven a descontrolarse y se vuelve tan inmaterial e inaudible que no puede tocar la máquina, los sensores o comunicar el modo de burlarlos. El Roc no puede hacer más que sostenerle (gracias a su densidad superior) para que no desaparezca en el centro de la tierra y queda también anulado.

Magma y Ariadna deciden que es a S.T.A.R. Labs donde cabe dirigirse para que los científicos les digan como anular la máquina. Pero aunque llegan a los laboratorios en menos de un minuto, no cuentan con que han sido totalmente evacuados y ya no queda nadie que les pueda ayudar. Desesperado, Magma entra en una emisora de radio situada enfrente de S.T.A.R. (irónicamente llamada “Radio Estel”): se trata de una emisora religiosa desde la que una inamovible monja emite un último programa desesperado a los fieles oyentes que queden en la ciudad. Magma consigue que le deje el micrófono lo suficiente como para hacer una llamada a cualquier científico de S.T.A.R. que pueda estar escuchando la emisora para que se ponga en contacto con Supernova ya que deben desactivar un generador EMP que se encuentra en el Tibidabo.

Los acontecimientos se suceden entonces a velocidad de vértigo: sin aviso, y antes de la hora prevista, el generador EMP cobra vida.
- ¡Ese desgraciado estaba escuchando Radio Estel! –exclama Starblaze. Gracias a sus reflejos superiores, Máscara se pone uno de los antifaces blancos que recibió de su misterioso benefactor y genera una barrera de energía que mantenga a raya la potente emisión EMP del aparato de la torre. Starblaze trata de destruirlo una y otra vez, pero sigue demasiado aturdida por los descubrimientos sobre su identidad de los últimos minutos y no consigue generar un calor lo suficientemente intenso. Máscara pide ayuda por radio mientras mantiene, con un esfuerzo supremo, la intensísima emisión EMP alejada de la Torre.
- ¡No aguantaré más!
Como un rayo, volando a Match 4, Magma atraviesa toda Barcelona y se lanza contra el aparato EMP. Maltrecho pero aún funcional (“estos listillos de S.T.A.R. construyen demasiado bien”) sigue atacándolo con toda su energía, pero le distrae la mirada entre preocupada y ausente de Starblaze, que intenta infructuosamente dañar al generador. Máscara se esfuerza hasta el final, pero pierde finalmente la batalla contra el pulso electromagnético, y éste devora la Torre. Todas sus máscaras fallan… excepto la de Cronos, que a medio gas consigue frenar el tiempo lo suficiente para que Magma cree un ejército de elementales de lava (sus “magmoides”). Cuando la máscara falla definitivamente y el tiempo vuelve a transcurrir con normalidad, Magma y los magmoides se lanzan sobre el generador EMP y destruyen su fuente de alimentación. Un potente altavoz en su interior lanza una nueva amenaza: “¡Cataluña independiente! Si no, en cinco horas golpearé con mi martillo la pensión del judío y la furcia”.

Epílogo
Esquivando a la policía, los héroes se reúnen cerca de la desactivada Torre de Collserola: el EMP ha fundido un 80% de los circuitos y no será operativa durante al menos 15 horas, si algún técnico consigue llegar hasta aquí. Pero se ha evitado su total destrucción: si el EMP hubiera continuado unos cuantos segundos más, la Torre y todo el sistema de comunicaciones hubiera quedado inutilizado durante semanas. Magma confirma que por lo que sabe Sagrado es un mercenario bastante fanático del tema religioso-católico-derechista, así que el hecho de que estuviera escuchando una radio religiosa cuadra con que sea él, y no el auténtico Martell, quien está organizando la cadena de atentados.

No hay tiempo para más: de repente, una parte de la montaña se rompe. Supernova mira aterrorizada hacia lo que emerge del subsuelo, temiendo lo que se avecina: un gigantesco dragón oscuro de más de 100 metros de largo bate una vez las inmensas alas, se propulsa sobre la ciudad, y se jacta con voz poderosísima, profundo gozo y tono amenazador:
- ¡POR FIN! AKALANDRAZOR VUELVE A SER… ¡LIBRE!

No hay comentarios: